domingo, 26 de junio de 2011

NARCOTRAFICO

Lucha contra el Narcotráfico en México

Lucha contra el Narcotráfico en México
El narcotráfico es una de las actividades ilícitas que tiene una relación muy amplia entre otros delitos: tráfico de personas, tráfico de armas, lavado de dinero, corrupción, entre otras. Esto significa que un país que tenga una alta actividad de narcotraficantes tendrá una gran debilidad en cuanto a la seguridad de sus habitantes como de sus instituciones.

El narcotráfico se empezó a desarrollar desde épocas lejanas, incluso Inglaterra transportaba opio a China en el siglo XIX, lo que hizo que se viera afectada su economía y que hubiera problemas sociales, provocando incluso la guerra del opio. Sin embargo, es hasta el desarrollo de las comunicaciones y los adelantos tecnológicos cuando crece como una actividad que ofrece enormes ganancias a los narcotraficantes. Esto porque en las grandes ciudades hay un consumo que va creciendo haciendo de este uno de los negocios ilícitos más rentables.

Los problemas que surgen del narcotráfico son muy graves, por un lado, el daño social que produce a los ciudadanos y que termina en la muerte, la destrucción de las familias, así como de la economía de los países, aunque para los que producen drogas significa un gran negocio, la verdad es que ese dinero no paga impuestos, fomenta la corrupción de las instituciones como la policía e incluso el ejército.

En el caso de la infraestructura que se teje alrededor de esta actividad, existen rutas que son trazadas para llegar a los sitios de distribución y destino final. En la década de los 80 y 90 fue evidente el liderazgo desafortunado de Colombia en la producción de cocaína, misma que los campesinos cuidaban y procesaban. Ésta pasaba por México entrando por diferentes sitios, como Cancún, Guerrero, o el Caribe.

Los cambios originados por la influencia estadounidense sobre las operaciones colombianas modificaron también los sectores de influencia. En México, se fue desarrollando el equipo y la organización para sembrar y transformar la pasta de cocaína en polvo. Se repartió el territorio y el país se volvió un mayor productor, así como un consumidor en potencia.

En las fronteras de México ocurre un fenómeno importante: entran grupos de narcotraficantes por el sur; la producción de anfetaminas o de drogas sintéticas que se crean en laboratorio, no puede ser cubierta por un solo grupo. Se necesitan agentes químicos como la efedrina, que es una sustancia activa que produce los mayores efectos de las pastillas que se hacen en laboratorio y que son muy populares. Estas sustancias entran por el sur y en las costas del Golfo de México como importaciones de productos farmacéuticos.

La corrupción es tal que además, los narcotraficantes organizan bandas de asaltantes que roban la sustancia de camiones, identificando rutas y horarios que hacen vulnerables a la industria farmacéutica, ésta unas veces victimizada y otra en complicidad y en manos de las mismas organizaciones. Incluso en nuestro país estuvo permitida la importación de esa sustancia, pero se descubrió que muchos narcotraficantes realizaban acuerdos con laboratorios farmacéuticos para hacer parecer que éstos son los que compran la sustancia para elaborar medicamentos. Éstos fungían entonces como intermediarios, facilitando el ingreso de efedrina y pseudoefedrina al narcotráfico para la fabricación de anfetaminas. En respuesta las autoridades federales modificaron la Ley General de Salud prohibiendo la comercialización de medicamentos que utilizaban principios activos o procesos con esta sustancia.

En otro aspecto, las fronteras son el paso obligado de las sustancias, tal como la pasta de coca que viene de Colombia, o de pastillas ya elaboradas que provienen de lugares como El Salvador, y que transitan por México para venderse en el territorio o llegar a Estados Unidos. La otra problemática es la que surge del consumo de Estados Unidos, pues es el principal mercado de drogas en el mundo.

Así, la frontera con México y Estados Unidos es la principal puerta de entrada de la producción colombiana y mexicana. En las aduanas, los puertos y los aeropuertos la droga es transportada en múltiples formas: personas, autos, camiones, que simulan el envío de mercancía legal como frutas, alimentos, productos en donde es posible esconderla. En el sur de México, la vigilancia es muy menos estrecha, ya que tanto los agentes aduanales como los de inmigración están coludidos en buena parte con los narcotraficantes, siendo menos estrictos en la revisión de mercancías y personas.

De acuerdo a esto, el narcotráfico es un fenómeno que se ha vuelto un problema económico, político y social para los países productores y consumidores, ya que entre muchas otras consecuencias trae una desintegración familiar y destrucción física y mental de los individuos. Participa en las redes de corrupción y tiene como principal ventaja el poder económico que mueve a países, autoridades y a ciudadanos comunes.

Existe un gran esfuerzo del gobierno del Presidente Felipe Calderón por atacar el conflicto desde varias instancias: programas sociales orientados a la prevención del consumo, en escuelas, la vigilancia de los espacios en los que se ubica la población de riesgo, como niños y jóvenes, así como una lucha frontal para la identificación de las formas de operar, las relaciones que se tejen entre los narcotraficantes y las autoridades municipales y estatales, lo que ha llevado a decomisos de suma importancia como el efectuado en el Puerto de Manzanillo, en el Estado de Colima cuya cifra fue de 23 ton de cocaína, así como detenciones de líderes de los principales cárteles del país, y la agilización de los procesos de extradición de otros delincuentes efectuadas a Estados Unidos.

FELIPE CALDERON HINOJOSA

                         Felipe Calderón Hinojosa

Candidato a la presidencia

Felipe Calderón y Luiz Inácio Lula da Silva, expresidente de Brasil.
Felipe Calderón fue electo candidato del Partido Acción Nacional en una elección interna a finales de 2005. En ellas derrotó al Ex Secretario de Gobernación, Santiago Creel, y el ex-Gobernador de Jalisco, Alberto Cárdenas Jiménez, con un muy amplio margen.
Calderón aceptó la nominación de su partido el 4 de diciembre de 2005, y comenzó oficialmente su campaña en enero de 2006.

Campaña proselitista

En el periodo previo a las elecciones presidenciales de 2006, Calderón rompió el acuerdo entre los partidos políticos de no promocionar a los candidatos presidenciales durante las fiestas de fin de año (2005);[3] así, durante la Tregua navideña decretada por el Instituto Federal Electoral mexicano (IFE),[4] el candidato Felipe Calderón efectuó actos públicos y envió mensajes navideños, al menos en dos ocasiones, antes de que comenzaran formalmente las campañas a la Presidencia.
La campaña de Calderón avanzó de manera considerable tras el primer debate presidencial, en el que no participó el representante de la izquierda Andrés Manuel López Obrador, quien hasta ese momento se mostraba como candidato puntero. Subsecuentemente en las encuestas de opinión, Calderón avanzó hasta superar a su opositor López Obrador, entre marzo y mayo del 2006.

Visión política

De religión católica, Calderón se opone a la despenalización del aborto, a la eutanasia, y al matrimonio homosexual.[5] Además propuso, entre otras cosas, policías fiscales, mejoramiento de la recaudación y un amplio programa de empleo, siendo ésta su principal bandera.

Promesas de campaña

La principal promesa de campaña fue la creación de más y mejores trabajos, razón por la que se autonombró "El presidente del empleo".

Campaña negra

En una entrevista con Denise Maerker, Calderón aceptó que estuvo de acuerdo en la campaña negativa que su partido realizó en contra de Andrés Manuel López Obrador. Opinó que es válido y legítimo que un partido piense que la alternativa contra la que compite es un peligro para México[6]

Críticas

Las críticas en su mayoría vinieron de su opositor, Andrés Manuel López Obrador, la coalición que le postulaba y editorialistas de la oposición. Su actuación como Director del banco estatal Banobras, su participación en el rescate bancario (Fobaproa), así como la relación de la empresa de su cuñado Diego Hildebrando Zavala con el gobierno federal, se constituyeron en las críticas más fuertes a su candidatura.
Banobras
Felipe Calderón fue acusado de otorgarse a pocos meses de iniciar su gestión al frente del banco estatal Banobras un crédito, el cual fue pagado tras su obtención, de acuerdo con las palabras del presidente.
Fobaproa
El Fobaproa ha sido uno de los mayores escándalos desde la crisis económica que vivió el país en 1994.
Durante la campaña presidencial de 2006, el PRD acusó a Felipe Calderón de “ser cómplice” del Fobaproa, asegurando que las acciones del mismo fueron orquestadas por Calderón. Sin embargo, la ejecución del Fobaproa fue hecha por el Poder Ejecutivo, en ese entonces encabezado por el Presidente Ernesto Zedillo, del PRI, mientras que Felipe Calderón participó desde el Poder Legislativo con una propuesta alterna.
En el segundo debate presidencial, Calderón acusó a López Obrador de invitar al ex priísta Arturo Núñez Jiménez a ocupar la candidatura de senador por Tabasco por la Coalición por el Bien de Todos, argumentando que él sí había participado en el Fobaproa. López Obrador, en el mismo debate, aseguró que luego respondería a la acusación, cosa que no hizo [2].
Hildebrando
En el debate presidencial del 6 de junio de 2006, el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador acusó a Felipe Calderón de tráfico de influencias, al haber concedido contratos en PEMEX durante su periodo de ocho meses como secretario de Energía a la compañía de software Hildebrando, que es administrada por Diego Hildebrando Zavala, quien es cuñado de Felipe Calderón. López Obrador también acusó a la compañía de evasión fiscal. Calderón rechazó esa acusación durante el mismo debate.
Diego Zavala había negado insistentemente las acusaciones al principio y había dicho que demandaría a López Obrador por difamación,[7] presentando su denuncia ante la PGR por presunto daño moral.
Calderón decidió pasar a una suerte de ofensiva mediática que Diego Hildebrando puso en solfa cuando reconoció que cuando Felipe Calderón fue secretario de Energía, en 2003, le otorgaron un contrato de Pemex por valor de ocho millones de pesos. No obstante, en el portal Compranet, perteneciente a la Secretaria de la Función Pública, se podía tener acceso a información sobre los contratos otorgados a la empresas que, según indicaban, eran 11.[8]
La campaña electoral terminó dos semanas antes de la elección, y los últimos estudios de opinión mostraban una cerrada carrera entre Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador, quienes aparecían con porcentajes tan cercanos que prácticamente ninguna encuesta establecía claramente el posible ganador (la diferencia entre ambos candidatos caía en el margen de error).

El 2 de julio y el ambiente post-electoral

El 2 de julio, al concluir la elección, Calderón se autoproclamó vencedor conforme a los resultados que hasta ese entonces arrojaba el IFE y algunas encuestas de salida. El 6 de julio, luego de un conteo que incluyó la totalidad de las actas seccionales en cada distrito electoral, el fallo del IFE determinó que el candidato con mayor número de votos fue Felipe Calderón Hinojosa.[9] Pero el candidato del PRD, Andrés Manuel López Obrador declaró que se había producido un fraude electoral y exigió el recuento de los votos, movilizando en la ciudad de México a millones de manifestantes en su apoyo, bloqueando los accesos a la avenida Paseo de la Reforma (una de las más importantes de la ciudad) y al centro de la ciudad por más de un mes.
Este resultado fue turnado al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que resolvió las impugnaciones presentadas y el 5 de septiembre de 2006 validó las elecciones, declarando así a Felipe Calderón como presidente electo de México.[10] El 7 de septiembre fue emitido el Bando Solemne por parte de la Cámara de Diputados con el que se anunció que Felipe Calderón era nombrado Presidente Electo.

Presidente de los Estados Unidos Mexicanos

Su primer acto como presidente[11] fue el nombramiento de los secretarios de Gobernación, Defensa, Seguridad Pública y Marina. El 1 de diciembre a la medianoche, habiéndolo anunciado pocas horas antes, se llevó a cabo una inusitada "ceremonia de transferencia de poderes".[12] ante las cámaras de televisión y en cadena nacional, asistiendo además el presidente saliente Vicente Fox, y los gabinetes entrante y saliente. Posteriormente a las 9:45 horas tras una tormentosa sesión en el Congreso y luego de ríspidas negociaciones entre las bancadas panistas y perredistas, Felipe Calderón y Vicente Fox entraron a la fuerza al Palacio Legislativo de San Lázaro[13] en medio de un ambiente crispado para así llevar a cabo la toma de protesta que establece la Constitución.
A las 09:50 horas del 1 de diciembre del 2006, tras fuertes medidas de seguridad y con Diputados del PAN sobre la Tribuna, y, en medio de protestas y pitidos de silbatos de parte de Diputados de la Bancada del PRD, en el Palacio Legislativo de San Lázaro, Felipe Calderón entrando a la fuerza[14] por puerta trasera del recinto[15] tomó protesta del cargo de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos en medio de una sonora pitada,[15] jurando cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan, en un texto pronunciado conforme lo marca la propia Carta Magna; donde tuvo que ponerse la banda presidencial en medio de un dispositivo militar y policial, y no en una ceremonia republicana, como dicta la constitución.[16]
Posterior a ello, luego de una ceremonia en el Auditorio Nacional, donde habría de pronunciar su primer discurso oficial, en el Campo Marte el Presidente pasó revista al Ejército, Marina y Fuerza Aérea, como Jefe Supremo de las fuerzas armadas.

VICENTE FOX QUESADA

                                Vicente Fox Quesada  

Inicios en política

De manera paralela fue Secretario del Ramo Agropecuario en Gabinete Alternativo del PAN formado por Manuel J. Clouthier [2]
El miércoles 6 de julio de 1988, Vicente Fox Quesada fue elegido diputado federal por el estado de Guanajuato para la LIV Legislatura. Como legislador, cuestionó la legitimidad del triunfo de Carlos Salinas de Gortari. [3]
El 10 de septiembre de 1988, la Cámara de Diputados erigida en Colegio Electoral, declaró válidas las elecciones y presidente electo a Carlos Salinas de Gortari por el voto de 263 diputados, de los cuales 260 eran del PRI, con 83 votos en contra y en ausencia de 150 diputados de la oposición. Durante una de las sesiones de este Colegio, el diputado federal Vicente Fox se colocó dos boletas electorales del fraude a manera de orejas de ratón para ridiculizar a Salinas.[4]
En 1995 fue miembro del Grupo San Ángel.

Gobernador de Guanajuato

Tres años después contendió por la gubernatura del estado de Guanajuato, contra el candidato del PRI Ramón Aguirre Velázquez, ex regente del Departamento del Distrito Federal, en el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado entre el 1 de diciembre de 1982 y el 30 de noviembre de 1988. A pesar de que el PRI oficialmente había obtenido la mayoría de votos fueron descubiertos cheques del gobierno para el financiamiento de la campaña del PRI. El 30 de agosto del mismo año el nuevo Congreso del estado con mayoría priísta, nombró como gobernador interino a Carlos Medina Plascencia , posteriormente fue retirado el candidato del PRI a lo cual Luis Donaldo Colosio, dijo:
"Las condiciones peculiares de la contienda..... nos plantearon la exigencia de conciliar el triunfo con los principios de nuestra moralidad.... y anteponer nuestra responsabilidad superior con la nación y con la sociedad en su conjunto, al legítimo reclamo de la victoria"[2]
En la elección estatal extraordinaria de 1995 resultó ganador con el 58% de los votos, frente a Ignacio Vázquez Torres con un 32% de los votos.

Campaña presidencial

Ya para 1997 Fox había manifestado públicamente su interés por ocupar la Presidencia de la República, cargo para el cual sería habilitado solamente tras la reforma constitucional del artículo 82 [5] en 1993 que permite a los mexicanos por nacimiento, hijos de padre o madre de origen extranjero nacidos dentro de territorio nacional aspirar al puesto. Se hizo de la candidatura presidencial el 14 de noviembre de 1999.
Fue una larga campaña política que duró más de 2 años la cual se caracterizó por implementar novedosas estrategias de mercadotécnia política inspiradas en su experiencia profesional. Contó con el apoyo de diversas instituciones, una de las mas polémicas fue la llamada Amigos de Fox cuyo titular Lino Korrodi fue acusado de permitir recursos provenientes del extranjero y de otras fuentes desconocidas, situación que el mismo Korrodi aceptó públicamente, aduciendo que dicho financiamiento había sido efectuado durante la pre-campaña, evitando así incurrir en delito electoral alguno,[3] No obstante, la duda sobre la legalidad de dicho financiamiento persistió.[4] La organización aglutinó a más de 4 millones de personas y fue la primera en utilizar internet como un medio de activismo social en campañas presidenciales. A pesar de los esfuerzos de su coordinador nacional de internet, Felipe Huicochea, la organización fue disuelta oficialmente a finales del año 2000.[5]
En el año 2000 Fox, representando a la Alianza por el Cambio (compuesta por el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM)), y con el apoyo del candidato del ahora extinto Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), logró un histórico triunfo sobre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) con casi el 42,5% de los votos, lo cual es suficiente en la legislación electoral mexicana para declarar a un candidato ganador; la legislación mexicana no contempla una segunda vuelta electoral.

Presidente de México (2000-2006)

Véase: Gabinete de Vicente Fox
Vicente Fox asumió la presidencia con uno de los índices de popularidad más altos en la historia reciente de México. Sin embargo, muy pronto su popularidad se fue minando, principalmente por desacuerdos en torno al cambio que significaba su presidencia, siendo criticado por la oposición por supuestos actos irresponsables de su parte.[cita requerida]
Aconsejado por su Secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz promovió una reforma fiscal que contemplaba gravar con el impuesto al valor agregado el consumo de alimentos, medicinas, colegiaturas de escuelas privadas, libros y revistas, (entre otros), pero la reforma fue rechazada. Esta reforma fue polémica, pues había especialistas a favor y en contra.
El 2 de julio de 2001, justo al cumplirse un año de su última victoria electoral y un aniversario más de su nacimiento, Vicente Fox contrajo segundas nupcias por la vía civil con su ex portavoz, la Sra. Marta Sahagún Jiménez, una antigua colaboradora en Guanajuato que acababa de recibir la nulidad de su primer matrimonio en el año 2000.

ERNESTO ZEDILLO

Presidente de México (1994-2000)

Asumió la presidencia el 1 de diciembre de 1994, rindiendo protesta ante el Congreso de la Unión presidido por la diputada Carlota Vargas Garza. La presidencia de Ernesto Zedillo estuvo marcada por una de las crisis financieras del siglo con repercusiones internacionales llamada Efecto Tequila. Zedillo y Salinas se culparon mutuamente de la crisis. Carlos Salinas, responsabilizó al llamado error de diciembre, en diciembre de 1994, que fue la táctica de libre flotación de la paridad peso-dólar, la cual había estado controlada en el sexenio de Salinas. La libre flotación causó una fuga masiva de divisas ante la situación política del país: además del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, asesinato de Colosio, problemas financieros, etc.
El precio del dólar incrementó cerca del 114% (de $3.40 a $8.70) entre diciembre de 1994 y marzo de 1995 - el punto más álgido de la crisis-. Inmediatamente, causando quiebras de miles de compañías, desempleo y que muchos deudores se vieran impedidos de pagar sus deudas. El gobierno de Zedillo ideó el Fondo Bancario de Protección al Ahorro,[1] para apoyar a la banca nacional contra los deudores.
Ernesto Zedillo resolvió el problema por medio de dos préstamos hechos por los Estados Unidos a México , por un total de $20 mil mdd. logrando que el resto del sexenio de Zedillo vio una recuperación del empleo y una sana administración de la economía mexicana al parecer por los cambios en el sistema económico que permitieron estabilidad económica relativa en el sexenio siguiente. En el terreno político inició y dio los primeros pasos a la democracia ejemplificando Por otra parte, la oposición logró ganar por primera vez las gubernaturas de varios estados y convertirse en mayoría en el Congreso. Asimismo favoreció unas elecciones competidas en el año 2000, que permitieron por primera vez en 70 años el arribo a la presidencia de un candidato no emanado del Partido Revolucionario Institucional.

[editar] Actividad posterior

Tras retirarse a la vida privada, Zedillo tomó posesión en el consejo ejecutivo de algunas empresas estadounidenses entre las que destacan Procter and Gamble, Alcoa y Union Pacific, esta última concesionaria de la compañía Ferromex (anteriormente llamados Ferrocarriles Nacionales de México) privatizados durante su mandato.

CARLOS SALINAS DE GORTARI

Presidente de México (1988-1994)

 Reducción de la deuda

En 1982 el pago anual por pago de intereses de la deuda externa era de 14 000 millones de dólares, entre 1983 y 1988 se destinó casi el 7% de PIB para su pago, el monto de lo destinado era casi el equivalente a lo destinado en salud y educación para todo el país, para inicio del sexenio de Salinas el monto de la deuda era del 45% del PIB. Lo cual hacia necesario una reducción de esta deuda para lograr un crecimiento económico. Después de casi 4 años de largas negociaciones con el FMI, políticos de Estados Unidos, mandatarios de países como Francia, Alemania, Canadá, Japón, Gran Bretaña, otros países y con bancos comerciales en 1992 se llegó a un acuerdo y se logró una reducción de más de 7000 millones de dólares, debido a este logro la deuda se disminuyó a 20 000 millones de dólares. Con esto se logró que la deuda total (externa e interna) pasara de 63% del PIB en 1988 a 22% en 1994 y los pagos de intereses pasaron de 17% del PIB a 9.8% en 1994.[8]

 Liberalismo social

El sexenio de Carlos Salinas marcó un claro parteaguas respecto de las gestiones priístas previas, especialmente las de Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo en la medida que rompió con el discurso y la ideología del nacionalismo revolucionario que todavía con Miguel de la Madrid trató de presentarse como el soporte ideológico del priísmo.
Salinas, en cambio, adelantó una serie de tesis que él mismo englobó bajo la categoría de "liberalismo social" que buscaba recuperar lo mejor de las tradiciones ideológicas del liberalismo juarista del siglo XIX y de la Revolución Mexicana del siglo XX. En este sentido, Salinas pronunció una serie de discursos durante 1991 y 1992 que sirvieron de soporte para impulsar algunas de sus más ambiciosas reformas. En un sentido, la que puso punto final a la reforma agraria, concebida ya desde tiempos de Echeverría más como un instrumento de control social que como uno de efectiva solución de problemas en el agro mexicano. Formó parte de esa ofensiva ideológica también la iniciativa para reformar las relaciones del Estado con las iglesias, especialmente la católica, aunque en este punto es donde es posible observar mayores tensiones entre la recuperación del juarismo propuesta por Salinas y las políticas desarrolladas por su gobierno.
Salinas se inspiró para articular su propio concepto de "liberalismo social" en los trabajos de Jesús Reyes Heroles, Otto Granados Roldán (director de Comunicación Social durante los primeros años de su gestión) y José Francisco Ruiz Massieu (quien jugó un papel clave en la reforma de la relaciones Iglesia-Estado).

Privatizaciones

Hacía 1984, el gobierno federal era propietario u operaba poco más de 1150 empresas de todo tipo, desde cadenas y productoras de cine y televisión, hoteles, inmobiliarias, mineras, ingenios azucareros, automotrices, siderúrgicas, pesqueras, transbordadores, e incluso el conocido centro nocturno El Patio de la ciudad de México, también fue el caso de la Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas, Petróleos Mexicanos o Comisión Federal de Electricidad.
La crisis de 1982 obligó al gobierno federal a nacionalizar la banca, con lo que la participación del Estado en la economía creció todavía más. En otros casos, sin embargo, el gobierno, lo mismo el federal que el del Distrito Federal y los de los estados, se convirtió en dueño de empresas como medida para evitar la quiebra de empresas privadas que se consideraba jugaban un papel importante para la economía del país o que simplemente empleaban a un número importante de personas.
Esta dinámica se vio favorecida por dos procesos. En un sentido, por la sobrevaluación del peso mexicano que ocurrió ya durante los últimos años del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y de manera más clara durante los primeros años del gobierno de Echeverría, quien expandió el control del Estado sobre la economía al hacerse cargo de Teléfonos de México. La sobrevaluación hacía que las mercancías mexicanas fueran más caras que las que se producían en otros países. No sólo eso, gracias a las políticas de industrialización seguidas desde el gobierno de Lázaro Cárdenas (con un alto componente de protección a la industria nacional), las empresas mexicanas habían perdido calidad y eficacia.
Esta dinámica estuvo a punto de romperse con la decisión de Echeverría de devaluar el peso justo antes de que terminara su gestión en 1976. Sin embargo, su sucesor, López Portillo decidió utilizar los recién descubiertos excedentes petroleros para mantener intocadas las políticas industriales y comerciales que había heredado de sus predecesores.
Todas estas empresas operaban con déficit por lo que se mantenían gracias a una inyección constante de fondos públicos obtenido por medio de deuda, excedente petrolero o, en los peores momentos del periodo 1970-1982, por medio de la emisión de billetes y monedas sin sustento. Ello hizo que para 1982, el déficit público primario fuera de más del diez por ciento del Producto Interno Bruto. Cerca de un 70 por ciento de este déficit provenía del sector paraestatal.[9]
Con los ingresos de las privatizaciones se obtuvo casi el equivalente a 23 000 millones de dólares,[10] los cuales fueron utilizados para amortizar la deuda pública interna. Con estos recursos se logró una disminución de la deuda interna, en 1988 era del 19% y para 1994 fue del 6%.[11] Dando como resultado una disminución de los pagos de intereses y logrando un crecimiento en el gasto social.

 Privatización de Telmex

En 1990, Telmex era una empresa con varias décadas funcionando y con solo 16 años de pertenecer al sector público, el servicio prestado por la empresa era motivo de frecuentes disputas como se puede observar en la cantidad de demandas que la empresa enfrentaba en la Procuraduría de la Defensa del Consumidor, así como por los tiempos de espera, en ocasiones de más de 10 meses, para conseguir una línea. En los primeros años de la administración Salinas de cada 10 hogares 8 no tenían teléfono y había hasta un millón de solicitudes pendientes. La gestión pública de Teléfonos de México, además, estaba plagada de dudas y sospechas acerca de la transparencia en el manejo de los recursos
La venta fue hecha a través de una subasta publica. A pesar de que varios grupos extranjeros ofrecieron cantidades mayores para la compra de Telmex, uno de los requerimientos determinantes era que la propiedad mayoritaria quedara en manos mexicanas, es por eso que de los grupos con control accionario mexicano, la mayor fue la que encabezaba el Grupo Carso, propiedad del empresario Carlos Slim, por lo que éste fue declarado ganador.

MIGUEL DE LA MADRID

Presidente de México (1982-1988)

El 19 de septiembre de 1985, un terremoto de 8.5 grados en la escala de Richter sacudió la Ciudad de México, con una fuerte réplica el día 20. Los daños materiales fueron masivos, y aunque los cálculos oficiales hablan de unos pocos miles de muertos (5 a 10 mil), la opinión pública consideró que la cifra podría haber rebasado los 40,000. La reacción inicial del gobierno fue muy lenta e inadecuada, lo cual hizo que fuera la población la que tomara el liderazgo y la organización de las labores de rescate de víctimas y cuerpos de entre los escombros. Tanto las declaraciones del Presidente De la Madrid señalando que el país no requería ayuda extranjera para enfrentar la tragedia, como su decisión de no permitir que el Ejército colaborara con la población en las labores de rescate durante las primeras horas posteriores al terremoto le valieron severas críticas a esta administración
En 1988 su gobierno protagonizó el mayor escándalo electoral del país. El 3 de julio, durante las elecciones presidenciales, el candidato de la izquierda Cuauhtémoc Cárdenas, aventajaba ampliamente a sus rivales Manuel Clouthier (PAN) y Carlos Salinas de Gortari (PRI). Por motivos que aún "se desconocen", el sistema electoral de cómputo se detuvo. La secretaría de Gobernación, que entonces organizaba la elección, señaló que: el sistema se había caído. Finalmente, el candidato priísta fue declarado ganador.
De la Madrid llegó al poder en una de las épocas más difíciles del país, mucho debido a su antecesor José López Portillo, quien nacionalizó la banca tres meses antes de salir del poder tras dos sexenios de gastos excesivos. Como resultado, la inflación subió a un promedio de 100% cada año, el empleo informal creció a 20% entre 1983 y 1985 y hubo caídas drásticas en producción, sobre todo en industrias gubernamentales, ya para ahí entonces anticuadas, crecimiento del PIB fue erróneo con altibajas y disminuyó el poder adquisitivo. Para resolver tales problemas, emprendió la Renovación Moral de la sociedad, elaboró un Plan Global de Desarrollo, estableció a nivel constitucional un sistema de planeación democrática y más importante, inició con la apertura económica, la desregulación y descentralización así como la privatización de empresas estatales, algo que seguiría bajo su sucesor; durante su administración, el número de paraestatales se redujo de 1155 en 1982 a 413 en 1988. Ante la severa crisis económica (donde se alcanzó el 3,100 por ciento de devaluación del peso), se establecieron los Pactos de Crecimiento Económico con los diversos sectores sociales, mediante los cuales el gobierno subsidiaba parte de los precios de los productos básicos y los productores/distribuidores se comprometían a no aumentarlos. En Enero de 1986, aprox. 3 años de negociaciones, México logra ser admitido al GATT, siendo el punto más fuerte de esta administración.

JOSE LOPEZ PORTILLO

                                 Archivo:Jose Lopez Portillo.jpgAbogado y político mexicano elegido como presidente de México entre 1976 y 1982. En su gestión, sucedieron hechos como la concertación y aplicación de la reforma política inicial para democratizar al país, la primera visita del Papa Juan Pablo II y, en apenas un par de años, el más impresionante crecimiento de la economía nacional en su historia, seguido de una grave caída -la primera en la segunda mitad del siglo XX- debida a una política monetarista [1] y una presunta dilapidación de los recursos públicos[2] provenientes principalmente de los excedentes del petróleo.

Trayectoria académica y política

Ingresó como abogado de la Universidad Nacional Autónoma de México en 1946 y como doctor en Derecho en 1950. Contrajo primeras nupcias con Carmen Romano y del matrimonio nacieron tres hijos: José Ramón, Carmen Beatriz y Paulina. Entró al servicio público hasta 1959 de la mano del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la organización que durante la mayor parte del siglo XX dominó de manera absoluta la vida política mexicana, animado por el ideario y carisma del entonces presidente Adolfo López Mateos. Tras ser litigante, catedrático de la Facultad de Derecho de la UNAM (donde, como años después con la banda presidencial, el espacio le fue heredado por Luis Echeverría, su íntimo amigo de la adolescencia, y dio clases a quien le relevaría en la Primera Magistratura, Miguel de la Madrid), profesor fundador del Doctorado en Ciencias Administrativas de la Escuela Superior de Comercio y Administración del Instituto Politécnico Nacional en 1961 y de escalar jerarquías en el Gobierno Federal pasando por la Secretaría del Patrimonio Nacional, la Oficina de la Presidencia de la República y la dirección de la Comisión Federal de Electricidad, logró hacerse de la cartera financiera del país al ocupar el puesto de secretario de Hacienda de 1973 a 1975, quebrando la norma no escrita de que la economía nacional se definía por su titular en turno (un hombre avezado en las finanzas estatales y guiado por criterios mayoritariamente técnicos), al poner la dependencia al servicio de las conveniencias y decisiones políticas del presidente, pues López Portillo carecía de experiencia en dicha rama, ostentando como verdadera credencial su cercanía personal con Echeverría, quien al nombrarlo declararía sin tapujos y con dedicatoria a los empresarios, con quienes mantuvo una pésima relación, la famosa frase: "A partir de ahora, la política económica se decide en Los Pinos".

 Llegada al poder

En aquellos años, los mandatarios emanados de su partido escogían personalmente a su sucesor, y López Portillo fue la opción del presidente Echeverría, de nuevo haciendo valer su añeja amistad y rompiendo también con los pronósticos de que el secretario de Gobernación era el elegido natural, quedándose en el camino Mario Moya Palencia. Los siguientes meses López Portillo realizó el correspondiente proselitismo bajo el lema "La solución somos todos", pero sin adversario alguno, pues el único partido verdaderamente opositor con registro, el derechista Acción Nacional (PAN), no presentó abanderado debido a fuertes divisiones internas, y la izquierda, aglutinada en el proscrito Partido Comunista Mexicano (PCM), en las universidades públicas y en guerrillas urbanas o rurales. No contando con otro espacio que el de lo testimonial, el PCM lanzó a uno de sus líderes históricos, el sindicalista Valentín Campa, quien obtuvo casi un millón de votos, que aún sin ser válidos denunciaron una evidente incongruencia del esquema político-electoral imperante. De esta circunstancia se desprendió la obra que, en perspectiva, sería la mayor aportación de López Portillo: la Reforma Política de 1977, orquestada por su secretario de Gobernación, el reputado político, jurista e historiador Jesús Reyes Heroles, la cual representó el primer avance fehaciente para que México transitase de un régimen de partido hegemónico a uno de pluripartidismo y poder compartido.